Me impresiona a veces lo ocupada que estoy… o al menos lo ocupada que siento que estoy. Enfoco mis días en terminar mis responsabilidades a tiempo, cocinar en casa, limpiar un poco, ordenar mis cosas, trabajar, comer, hacer ejercicio…
En fin, a veces siento que vivo en “modo automático”… ¿Te ha pasado? Al final lo que se aglomera es un cansancio que nos termina tumbando y con ganas de no hacer nada, de no despegarnos de nuestra cama, de ver todo el día televisión inertes. 
A pesar de que yo soy excesivamente activa, hoy declaré que sería un día para mi. Todas mis acciones del día están dedicadas a mi paz, a mi relajación, a mi felicidad. ¡Lo demás es sencillo! Haré las cosas que más me llenan que me despeguen un rato de mi cotidianidad.
Probablemente me levante un poquitito más tarde, haré yoga, caminaré, sentiré el sol en mi piel, respiraré profundo y agradeceré que estoy viva. Me comeré algo rico, sólo porque es domingo y me lo merezco.
¡Tu también te mereces un día libre! Decrétalo. HOY es un día para mi.