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Cuando leí sobre el suelo pélvico, sabía mas o menos de que zona hablábamos, pero no tenía ni idea de la importancia de este conjunto de órganos en la salud femenina.

A veces me he sentido desconectada, porque nuestra medicina trata cada órgano, cada cosa con cada cosa, y son muy pocos los médicos que lo ttratan a uno, como un todo. Es decir somos cuerpo, energía, organos y mucho más. Por eso al hablar del suelo pélvico lo quize compartir con uds mis lectoras y lectores.

El suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que “sujetan” los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada para que funcionen correctamente.

¿Cuáles son las causas que debilitan el suelo pélvico?

  • Embarazo: por el peso del útero
  • Parto: al pasar el bebé a través de la vagina
  • Posparto: ejercitar precozmente abdominales o realizar saltos, practicar deportes o llevar pesos.
  • Deportes: en especial los de “saltos” y de “impacto”
  • Menopausia: por los cambios hormonales, ya que provocan pérdidas de flexibilidad y atrofia e hipotonía.
  • Herencia: dos de cada diez mujeres tienen debilidad innata en los músculos del suelo pélvico.
  • Hábitos cotidianos: retener la orina, vestir prendas muy ajustadas, practicar canto, tocar instrumentos de viento.
  • Otras causas: obesidad, estreñimiento, tos crónica, estrés y otras.

Es decir, es nuestro Todo.

Ejercicios para mejorar la salud del Suelo Pélvico.

1. Pilates: Además de mejorar la postura general del cuerpo, el método Pilates equilibra y fortalece los músculos que rodean la región lumbo-pélvica, entre los que se encuentran los abdominales y elsuelo pélvico, es decir, los que participan en la estabilidad del cuerpo, en la sujeción de los órganos y, por tanto, en la continencia de la orina.

2. Dr Kegel:

2.1. El lento
Aprieta los músculos como hiciste cuando intentaste detener la orina, tirándolos hacia arriba. Contráelos y mantenlos así mientras cuentas hasta 5 respirando suavemente. Luego, relájalos durante 5 segundos más, y repite la serie 10 veces.

Intenta aumentar progresivamente el tiempo de contracción y relajación. Empieza por 5 segundos en cada caso hasta llegar a los 20. Cuanto más tiempo consigas aguantar la contracción de los músculos, más fuertes se harán.

2.2. El rápido
Aprieta y relaja los músculos tan rápidamente como puedas hasta que te canses o transcurran unos 2 ó 3 minutos (lo que suceda primero). Empieza con 10 repeticiones cuatro veces al día hasta alcanzar las 50 repeticiones diarias.

3. El ascensor
Este ejercicio requiere cierta concentración, pero sus resultados son muy buenos. Tu vagina es un tubo muscular con secciones en forma de anillo dispuestas una sobre otra. Imagínate que cada sección es una planta diferente de un edificio, y que subes y bajas un ascensor tensionando cada sección.

Empieza subiendo el ascensor suavemente hasta la primera planta, aguántalo durante un segundo, y sube hasta la segunda planta. Sigue subiendo tantas plantas como puedas (normalmente no más de cinco).

Para bajar, aguanta también un segundo en cada planta. Cuando llegues abajo, intenta ir al sótano, empujando los músculos pélvicos hacia abajo durante unos segundos (tal y como si estuvieras de parto).

Finalmente, intenta relajar por completo la musculatura durante unos segundos. Sobre todo, no te olvides de respirar pausadamente y de no realizar el ejercicio con ayuda de los músculos abdominales.

4. La onda
Algunos músculos del suelo pélvico están dispuestos en forma de un ocho, pero con tres anillos. Un anillo se sitúa alrededor de la uretra, otro alrededor de la vagina, y el último alrededor del ano. Contrae éstos músculos de delante a atrás y relájalos de atrás a delante.

Haz estos ejercicios tantas veces como puedas al día. El objetivo es conseguir realizarlos sin que se noten. Cuando empieces a realizarlos, pueden parecerte incómodos y raros, pero pronto verás que podrás llevarlos a cabo sin que los demás se den cuenta.

Al principio, al practicar el ejercicio lento, puedes notar que los músculos no quieren mantenerse contraídos. También es posible que te canses enseguida con el rápido. Pero si perseveras, verás que en pocos días no te supondrán ningún esfuerzo.

Fuente:crianzanatural