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No es un secreto para nadie que la menstruación a veces puede tornarse un proceso difícil, para algunas mujeres esos días pueden convertirse en un detenimiento total o parcial de sus actividades rutinarias, causando un rechazo inconsciente de su propia femineidad.

Dolores, malestares y mal humor es el resultado de un proceso que el cuerpo está asumiendo mal, casi siempre tratando con medicamentos tóxicos que contaminan nuestro cuerpo aún más.

Poco se nos enseña sobre cómo debería ser una buena menstruación e incluso algunos médicos nunca consiguen solucionar estos problemas con nada, pero debemos abrirnos a otras alternativas que podrían ser como un milagro, como es el caso de las vaporizaciones vaginales. Una técnica milenaria que practicaban las mujeres mayas para aliviar los dolores y limpiar los órganos del sistema reproductivo.

Con esta práctica se asegura que todo el sistema deseche la sangre que quedó acumulada de los períodos anteriores y que al endurecerse hacen que el útero se acalambre ocasionando lo que llamamos cólicos.

  • Quienes la practican, recomiendan hacerla 3 veces la semana antes de que llegue la menstruación y se realiza con el vapor resultante de la cocción de hierbas como el orégano, la albahaca, caléndula, romero, manzanilla, milenrama, lavanda y tomillo.
  • La mujer debe sentarse en un lugar donde transiten corrientes de aire, sin ropa interior de la cintura para abajo y con medias en los pies, en una silla que permita que el vapor ascienda hacia sus órganos y tapando con una cobija gruesa para que no escapen los vapores, allí deberán permanecer durante 20 minutos y luego acostarse arropada con la misma cobija durante una hora.
  • Este proceso puede generar que en la próxima menstruación, la mujer bote sangre bastante espesa e incluso desagradable, pero eso demuestra de que el útero estuvo guardando mucha sangre en los períodos anteriores, así irán disminuyendo los dolores y la sangre será mucho más rosada que marrón. Sin duda, un proceso que debemos experimentar todas las mujeres -sufran o no de dolores- para mantener saludables nuestra femineidad.

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