Hace poco fue el Día de la Tierra, y me parece triste como por un día los medios se convierten en “medios verdes”, las redes se tornan espacios para discutir con temor y vergüenza la situación de nuestro planeta, y la gente se lamenta de cómo poco a poco hemos destruído nuestro hogar.
Sólo por 1 día al año la gente le agradece al planeta sus espacios, comparten su belleza natural, se asombran de lo impresionante que puede ser y de lo insignificantes que al parecer somos. Pero sólo por 1 día a la gente la importa.
Somos muchos los que estamos en una lucha constante para llevar consciencia al mundo, para levantar las banderas sobre nuestro planeta advirtiendo que nuestro futuro pende de un hilo y depende 100% de nuestras acciones. Un granito de arena puede parecer minúsculo comparado con una playa a la orilla del mar. Pero si cada quien aportara un granito de arena, crearíamos un mar de granos que sumados, harían la más hermosa de las playas. (metafóricamente hablando)
Y es que al fin, nuestra sangre volverá a los ríos, nuestros huesos alimentarán la tierra, y nuestro vida habrá sido de la Tierra. La Tierra no es de nosotros, nosotros somos de la Tierra. De ella nacemos y a ella regresaremos.