A pocos días de cumplir los 30, hago un repaso de la vida y agradezco enormemente el haber cambiado. Pasé de ver el vaso medio vacío, a ver un vaso completamente lleno de Coca-Cola, bien fría y con hielo picaíto. Y es que, amigos, ser negativo no ayuda en nada. Quejarse, no ayuda en nada. Quedarse pegado en una etapa, tampoco ayuda. Más bien resta, y cuando digo que sustrae, es porque incluso te anula del entorno social…
Que hacer:
Deja de quejarte
¿En qué te ayuda? Es válido que lo hagas las primeras veces, pero en serio… ¿Cambia algo? No lo creo. Yo tenía un truco para quitarme las quejas. Me puse una liga como pulsera (o una goma elástica), y cada vez que me quejaba, me daba con ella en el abrazo. Esa pequeña punzada de dolor me recordaba que NO debía quejarme.
No eres el centro del mundo
Que yo sepa, sólo los planetas giran alrededor del sol. Todos tenemos problemas, los tuyos no son más importantes que la pobreza mundial. Lleva un poco la procesión por dentro y reflexiona a ver si vale la pena cargar a los demás con tus penas.
Los amigos están ahí
Sí, pero hasta cierto punto. Los amigos SIEMPRE te van ayudar. Es algo así como los hermanos Warner y la hermana Warner. Pero hasta ellos peleaban y discutían. Un amigo está para ayudar a levantarte de la caída, no a sobarte mientras estás tendido en el piso llorando.
Escampa el día
No te conviertas en esos amigos “nube gris” que siempre anda tronando. Cuando salgas a la calle, deja los problemas en casa (aparte que es verano y hay que disfrutar el sol)
100% de actitud
Aleja lo malo y empieza a recuperar cada minuto que perdiste en tu negatividad, después de todo, tienes más suerte que otros. Por tanto, empieza a vivir y verás como el cambio de actitud atraerá cosas positivas a tu vida. Mientras seas una tormenta andante, sólo atraerás más lluvia, rayos y centellas… Sonríe, camina y demuéstraTE lo mucho que vales.
Artículo cortesía de:
www.soycarlosneira.com