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Todos conocemos las partes del cuerpo que queremos tonificar. Sabemos perfectamente en qué lugar se encuentra el abdomen, o donde están nuestros glúteos. Sin embargo, la mala costumbre de ejercitar únicamente aquello que tenemos a la vista, ha hecho que desconozcamos ciertos músculos que debemos tomar en cuenta a la hora de entrenar.

Uno de estos músculos que se nos olvidan (o quizás no conocemos) es el psoas. Algunos habrán escuchado su nombre; otros, ni siquiera sabrán qué es. Lo cierto es que este músculo profundo de la cadera está prácticamente escondido.

Se origina en la columna vertebral, pasa por delante de la pelvis y se inserta en el fémur. Es sumamente importante, ya que activa y permite el movimiento de las extremidades baja. De hecho, es el que hace posible que estemos de pie, y que levantemos las piernas para caminar. Entre sus acciones está la de rotación y abducción, así como la flexión de cadera y del torso hacia adelante y hacia los lados.

Cuando tenemos el psoas tenso o acortado no podemos pararnos derecho, y a ciertas personas les resulta imposible acostarse boca abajo. Además, afecta la curva lumbar, debilitando nuestra espalda baja, lo que puede llegar a lesionarla. Por ello, es necesario trabajar este músculo. Una forma de mantenerlo sano, fuerte y flexible es practicando yoga o el Pilates. Con ambos tipos de ejercicios logramos alargar el psoas, mejorar la posición de la columna, y conseguir una postura más balanceada.

Si quieres liberar la tensión innecesaria de este músculo, alargar la parte delantera de los muslos, y que tus piernas y pelvis se muevan con mayor fluidez, debes empezar a tomarlo en cuenta, no importa lo escondido que esté.

 

Erika De Paz

@ErikaDPS

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