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¿Por qué debemos comer piñones?

Los piñones son divinos, caros y exclusivos.

A pesar de ser comunes en la dieta mediterránea, en muchos países son considerados todo un manjar.

Hay quienes piensan que son frutos secos, pero en realidad son las semillas de los árboles de pino, unas semillas que se comen desde la antigüedad.

Aunque son pequeños, son sumamente poderosos: resultan muy saludables para nuestro organismo.

Poseen un alto contenido en grasas monoinsaturada y poliinsaturada, como el omega 3 y omega 6, necesarios para bajar los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre, y mantener sanos el cerebro y el corazón.

También son ricos en vitaminas K y E, importantes para tener una buena salud cardiovascular y son estupendos antioxidantes.

Contienen vitaminas C y E, las cuales sirven para combatir los radicales libres, evitar el envejecimiento prematuro y fortalecer el sistema inmunológico.

Además, poseen ácido fólico; por lo que son ideales para las mujeres embarazadas.

Están repletos de nutrientes; algunos de los más importantes son el fósforo, potasio, magnesio, hierro y zinc.

Igualmente, tienen luteína, un pigmento que le da el color amarillo y que resulta beneficioso para la salud de nuestra vista.

Los piñones también son estupendos para bajar de peso, esto gracias a una sustancia llamada ácido pinolénico, la cual provoca la liberación de una hormona que suprime el apetito y permite sentirnos saciados.

Asimismo, son ricos en fibra, lo que ayuda a combatir el estreñimiento; y contienen arginina, un aminoácido que mejora el rendimiento físico y es fundamental para el crecimiento muscular.

Aunque suelen ser adictivos, debemos evitar excedernos en su consumo si no queremos ganar unos kilitos extras.

Puedes comerlos solos, en salsas, cereales o en ensaladas; después de todo, no es un alimento exclusivo para ardillas.

¿Qué esperas para preparar un rico pesto?

 

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Erika De Paz