La única cosa que todos los seres humanos tenemos en común es que cada uno de nosotros quiere ser feliz, dice el Hermano David Steindl-Rast, un monje y erudito interreligioso. Y la felicidad, sugiere, nace de la gratitud. Una lección inspiradora para detenerse, mirar a dónde se va y, sobre todo, ser agradecidos.