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Quienes vivimos en las ciudades, estamos expuestos a muchas energías que -aunque no vemos- están por allí rodeándonos y atravesando nuestro cuerpo una y otra vez 24/7; esta energía que proviene de los aparatos crean campos electromagnéticos que influyen en nuestra salud y pueden llegar a desencadenar a las células cancerígenas debido a la radiación.

Es imposible decir que vamos a depurar todo lo que nos rodea, a menos que decidamos mudarnos al campo, pero podemos convivir con ello de la manera más sana posible y dejar de experimentar los efectos de las radiaciones como: falta de concentración, insomnio, dolores de cabeza, cansancio, taquicardia, hormigueos o mareos.

Aunque alguno de estos consejos sean cambios significativos en un comienzo, te aseguro que notarás la mejoría rápidamente y luego ni siquiera recordarás como vivías antes:

  • Saca los aparatos en el dormitorio, ¡eso sería lo ideal!, pero si no puedes mantenerlos afuera por cosas de espacio, colócalos a un metro de la cama.
  • Desenchufa los aparatos eléctricos y electrónico cuando no los estés utilizando (incluye wifi y bluetooth).
  • Utiliza teléfonos inalámbrico con función ECO-Dect.
  • Tu lámpara de mesa estará mejor con bombillos que no sean alógenos ni fluorescente.
  • Si pones en funcionamiento algún electrodoméstico, procura dejar un espacio él y tú de medio metro si es pequeño o de un metro si es grande.
  • Coloca cuarzos blancos grandes, ellos absorberán mucho de esa carga y lo notarás cuando tengas que lavarlos.
  • Abre las ventanas, deja que entre la luz y iones negativos.