Hay tanto que aprender sobre la alimentación en tiempos modernos que debería estar en la programación regular de la educación de los niños, porque existen delgadas líneas que separan a un hábito saludable de uno tóxico. ¡Sobretodo con el consumo del pescado de manera habitual!
Muchas personas prefieren comer pescado para obtener proteínas bajas en grasas y por el famoso omega-3, que brinda protección contra las enfermedades cardiovasculares.
Si se consume moderadamente pescado (8 onzas a la semana), se obtendrá lo mejor de sus beneficios, pero también debemos tener en cuenta que son altos portadores de sustancias tóxicas como mercurio y policlorinatos bifeniles, ambos pueden causar enfermedades del corazón, artritis, asma y otros problemas de salud.
Recientes estudios sobre los peces de criadero como la tilapia (el quinto más vendido en Estados Unidos), aseguran que su consumo no aporta Omega-3 sino Omega-6 porque son alimentados con maíz, esto no es estrictamente negativo pero inhibe la acción del Omega-3.
Para aclararles aún más el panorama, el poder inflamatorio de la tilapia es mayor que el de una hamburguesa o un pedazo de tocino de cerdo, por lo que puede ser muy perjudicial para las personas que sufren del corazón, por su efecto inflamatorio de los vasos sanguíneos que también puede afectar a los pulmones, articulaciones, piel y tracto digestivo.