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Todos alguna vez paseando por alguna playa hemos visto esos pequeños y desgastados trozos de cristales de colores, que erosionados por el mar, brillan como pequeñas gemas sobre la arena. Muchos incluso, en la infancia, apreciaban estas pequeñas joyas como si de un preciado tesoro se tratase.

En este caso el ingenio del hombre se mezcla con la naturaleza. Años de erosión marina terminaron triturando los desperdicios transformando la playa en una acumulación de trozos de cristal, uno de los mayores atractivos turísticos de la costa de Mendocino, California. Incluso, aseguran que se intenta recomendar a los visitantes no recoger ningún cristal, para preservar “la belleza artificial” del lugar: los cristales multicolores suelen brillar en un día soleado creando un efecto muy llamativo.

playa de cristales

 

Located in Northern California among the rocky coastline is what can be considered the Mecca for sea glass collectors around the world. A short walk to the beach off Elm Street in Fort Bragg, CA, is an area that once was the town dumping ground. Its otherworldly shoreline is now littered with smooth shards of sea glass.

From the early 20th century the area was used to dump the town’s trash. Commonly known as “The Dumps” by the locals, fires were intermittently started to reduce the amount of refuse that collected there. This practice lasted until 1967, at which point the North Coast Water Quality Board wisely prevented any further dumping in this location.