Acabo de pedir mi plato favorito: Papas horneadas
con crema agria. Y por si fuera poco, encima de
todo aquello, pedacitos de crujiente tocineta ¿Dónde
cultivarán estos gringos las papas? Son gigantes.
La papa me mira con cara de horror pues sin ningún
temor clavo mi tenedor y la empiezo a comer como si
no hubiese mañana. Nadie me mira criticando la porción.
En este país todo el mundo come lo que le da la gana y
a nadie le importa si sales rodando. Estoy solita, como
de costumbre, comiendo mientras leo una revista. De
alguna manera, el comer ocupa el lugar de los recuerdos
de Caracas, de mis amigas del colegio que son incapaces
de escribir una carta.
Trato de no pensar en lo que estará comiendo mi familia
en este momento. Quiero aprender inglés, para eso
vine ¿no?, y este año me servirá para cuando entre en
la universidad en Caracas. Trabajo doble turno en este
restaurante en Miami. Estoy pagando mi college con ese
sueldo. Ahorro todo lo que puedo. Vivo con mi hermano y
un roomate y no tengo muchos gastos.
SACADO DE UN PARRAFO DEL LIBRO REALMENTE UNICA
“Me prometí a mi misma , que mi trabajo de mesonera sería temporal , y así fué. Hoy sigo siendo actriz, escritora y productora , y además tengo un blog”